Lo mágico del acero Tamahagane.
Se ha discutido mucho, especialmente en círculos metalúrgicos, sobre la superioridad de los aceros modernos.
Sí concedo que si bien los nuevos aceros están formulados muy específicamente para cada uso, están estandarizados internacionalmente, y demás.
El acero de una Nihonto clásica equivale químicamente a un acero moderno 1065 a 1075, si lo promediamos; esto es, hay capas de acero 1045 intercaladas con capas de ultra-alto carbono (hasta 1.5%). Hoy un acero 1095 (alto carbono) y aleaciones más especializadas pueden tener una dureza muy alta.
Pero, con perdón de todas las ramas de ingeniería química, no todo está en la química del material.
Pasemos entonces a la configuración física de las Nihonto.
El hierro en el antiguo Japón se obtenía de arena de hierro, por lo que su calidad era muy pobre. Me voy a saltar por el momento toda la etapa de la fundición del hierro hasta obtener el acero básico, y pasemos directamente al forjador.
Por el año 300A.C. no había altos hornos que permitieran fundir el acero a más de 1000°C para luego aplicar un proceso de limpieza de la escoria. En esos tiempos, tuvieron que aprender a limpiarlo como Dios manda: a punta de martillazos.
El artesano laminaba su acero en la forja, estirándolo para limpiarlo, doblarlo de nuevo y laminarlo y limpiarlo una y otra vez.
Con lo metódicos y casi obsesivos que eran, durante dos mil años de práctica dedicada fueron descubriendo y desarrollando empíricamente el mejor acero para espadas que la humanidad haya desarrollado hasta hoy. Una afirmación muy drástica, sí, pero la evidencia la respalda. La configuración física de una espada Nihonto es así:
Formada por 16,384 y hasta 65,536 capas de acero (más que eso y la estructura se rompe), en cada una el contenido de carbono y otros metales cuidadosamente controlados, de manera que combina capas de acero de alta dureza con otras de acero flexible, combinando en un solo material las dos propiedades de manera óptima.
En análisis recientes bajo microscopio electrónico, se han descubierto nanotubos de carbono junto con nanofibras de tungsteno, vanadio y/o molibdeno, formando una forma artesanal de la moderna fibra de carbono, pero sumergida en aceros laminados en lugar de resina.
Por su configuración, es sin duda el mejor material posible para usarse en una hoja larga y delgada.
Pero el perfeccionamiento de las hojas no para ahí. Descubrieron y perfeccionaron la técnica del templado diferencial, en la que cubrían la hoja con distintos tipos y espesores de arcilla antes de templarla, de manera que lograban un acero de altísima dureza en el filo, y de gran flexibilidad en el cuerpo, logrando al final una espada con una combinación inigualable de dureza, flexibilidad, resistencia y casi inmune a la fatiga del metal.
De nuevo, bajo un microscopio podemos ver más secretos que, sin contar con esta tecnología, los artesanos japoneses desarrollaron. El filo de las espadas Nihonto, debajo de la línea de templado o hamon, tiene un brillo peculiar intrínseco a la martensita, una cristalización del acero que forma diminutas láminas en lugar de la cristalización cúbica normal del acero. El microlaminado del acero Tamahagane, aunado al nanolaminado de la martensita explican el legendario filo «indestructible» y ferozmente agudo de la katana clásica.
En el cuerpo, arriba de la linea del hamon, hay láminas de bainita, otra cristalización peculiar del acero que forma nanotubos al cristalizar.
Una combinación de características desarrolladas empírica pero metódicamente durante dos mil años de cuidadosa evolución de su acero.
Y esto es sólo la técnica llamada Maru, la más básica técnica de forja, con «solamente» un acero tamahagane.
La técnica Kobuse, agrega un laminado de acero encima del tamahagane, que da una mayor dureza al filo y resistencia al cuerpo de la espada. Otras técnicas, como la Honsanmai, agregan un tercer acero de dureza media para el lomo de la espada. Las mejores Nihonto usan una técnica con siete capas de cuatro aceros distintos.
No existe un acero o forja moderna que logre siquiera acercarse a las características de las verdaderas Nihonto sin replicar, paso a paso, las técnicas ancestrales de los artesanos japoneses.
Es por eso que los que conocen las Nihonto y su legendaria casi indestructibilidad, pagan cualquier precio por obtener una obra de arte que aún hoy nadie, en ninguna otra parte, puede superar.
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